Si no hubiera Luna las condiciones climáticas en la tierra serían muy duras y la vida tal y como la conocemos hoy en día no existiría. Hay que tener en cuenta que la la Luna regula el movimiento de rotación de la tierra. Si no hubiese Luna, el día terrestre apenas sería de 8 horas y las estaciones climáticas actuales no existirían.
Para entender el por qué de esta afirmación, vamos a ver como se originó la luna y que efectos tiene sobre la Tierra. Ya que no sólo controla los movimientos de esta, si no que afecta a las mareas y a la vida en general.
Formación e influencia de la Luna
Según las teorías de la formación del cosmos, la Tierra se formó hace unos 4.600 millones de años. La Luna se formó unos 100 millones de años más tarde como consecuencia del impacto de un cuerpo celeste contra la Tierra. Este impacto hizó que se desprendiese una parte de nuestro planeta (todavía en forma de esfera incandescente) la cuál se colocó en órbita con la Tierra.
Al colocarse en órbita con la Tierra, la Luna empezo a ejercer una atracción gravitatoria. Esta atracción fue la causante de disminuir la velocidad de rotación de la tierra. En un principio el día terrestre era sólo de 6 horas, y con la desaceleración en la rotación pasó a las 24 horas actuales.
Además de regular la rotación de velocidad de la tierra, la Luna tiene un efecto sobre las mareas. Debido a la atracción gravitacional, la Luna atrae el agua de los océanos hacia ella, haciendo que se produzcan las mareas. De ahí que varias veces al dia se produzcan la pleamar y bajamar.
Efectos de la desaparición de la Luna
Entre los efectos más visibles si la Luna dejasé de existir tendríamos:
El estancamiento de los mares
Al no producirse las mareas, las corrientes marítimas bajarían de intensidad, lo que provocaría un estancamiento de las aguas océanicas. Por tanto la oxigenación y limpieza natural de los mares se vería mermada y muchas de las especies existentes desaparecerían.
Fuertes Vientos
Podría llegar a darse el caso de que el eje de rotación de la Tierra se alineara con el Sol. Esto provocaría que la mitad del planta estuviera completamente en penumbra, mientras la otra mitad quedaría expuesta continuamente al sol. Esta situación haría que las temperaturas en ambas mitades fueran completamente diferentes, provocando vientos de más de 300 kilométros por hora debido a estas diferencias tan drásticas de calor.
Cambios climáticos severos
Al perder el eje de la Tierra su estabilidad, las estaciones climáticas que conocemos desparecerían. Los veranos serían mucho más calurosos y los inviernos más fríos. Llegando la temperatura a subir o bajar más de 50 grados que las que tenemos hoy en día. Así que podríamos encontrarnos veranos en torno a 100º e inviernos con temperaturas de 80 grados bajo cero.
Extinción masiva de especies
La vida en la tierra sería mucho más complicada, sobre todo según nos acercamos a los Polos. De hecho la única franja con unas condiciones aceptables para vivir serían las zonas próximas al ecuador. Esto haría que todas las especies de animales incapaces de adaptarse a la nueva situación, acabarían desapareciendo. Y esta extinción sería mucho mayor en las plantas, ya que no pueden cambiar su hábitat.