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Olivier Sinclair, viajero, pintor y poeta

Huérfano a temprana edad, Olivier era un joven instruido de veintiséis años, amable, elegante, y soltero. Verne lo describe como un «guapo mozo que hizo sus estudios en la Universidad, no sin provecho, pues a los veinte años, viéndose dueño de una modesta fortuna, recorrió los principales Estados de Europa, India y América.» Era el último vástago de una respetable familia de Edimburgo, y la célebre revista de la ciudad había publicado varias veces sus apuntes de viaje. Era además un pintor reconocido que podía vender sus cuadros a elevados precios, y aunque solía ser un tanto distraído, cultivaba también el arte de la poesía; unas cualidades que se contraponen a la ciencia desdibujada por el pedante Aristobulus Ursiclus, su rival de amores.

Olivier Sinclair es el protagonista principal de El rayo verde, la novela romántica de Verne cuya línea argumental se basa en una crónica de pintorescos viajes marítimos en las complicadas costas de Escocia. Esa fascinación del autor por el mar se evidencia en el carácter humanista y aventurero de Olivier. En boca de él, el escritor deja de manifiesto su melancolía de marinero frustrado: «Yo no puedo ver partir un navío, buque de guerra, barco de carga o simple chalupa de pesca, sin que todo mi ser se embarque a bordo. Yo creo que estaba hecho para ser marino, y lamento cada día, que esta carrera no haya sido la mía desde mi infancia.»

En medio del lamento de Oliver Sinclair, habla Verne, quien desde niño soñó con convertirse en hombre de mar, ilusión reprimida por imposición paterna, al ser obligado a estudiar Derecho contra su voluntad. Se trata de una transposición de identidades autor-personaje, más aún cuando años más tarde, en 1895, el autor le confesaría a la periodista inglesa Marie A. Belloc: «Soy un devoto del mar, y no puedo imaginar nada más ideal que la vida de un marinero.» La afinidad de Verne por Olivier Sinclair quizá la hallemos en la simpatía que demostró por personajes escoceses en novelas anteriores como Las Indias negras o Los hijos del capitán Grant; reflejo ineludible de cierta solidaridad céltica del autor, dada su descendencia materna de origen bretón y escocés compuesta por marineros y gentes de letras.

Pero Olivier presenta otro matiz, el de héroe romántico, que no duda en sacrificar la vida en rescate de su amada Elena Campbell. El amor y abnegación que le profesa a la joven son características innatas de los héroes de Walter Scott, escritor escocés preferido de Verne, cuyas obras son resaltadas a lo largo del relato. De otro lado, la vieja leyenda del rayo verde asociada a un indicio de amor verdadero, es la excusa perfecta para Oliver quien vivirá junto a Elena y su familia, una sucesión de circunstancias favorables hasta poder ser finalmente correspondido.