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Crean una enzima que degrada el plástico

Cuando hablamos de la lucha por cuidar el medio ambiente, a la mayoría de las personas les viene a la mente noticias sobre el calentamiento global, la capa de ozono, la subida de temperatura de los océanos o los desastres naturales. Pero además de todos estos problemas, hay otros menos visibles pero igualmente preocupantes. Uno de estos problemas ambientales es el plástico.

Son muchos los científicos que hoy en día estudian formas de eliminar el problema del plástico en nuestro planeta. Cada año se tiran a la basura miles de toneladas de estos residuos. Que acaban inundando numerosas zonas de la tierra, así como nuestros mares y oceános. Cada vez son más las imágenes de islas enteras de plásticos flotando en el mar. Kilómetros de basura que contaminan nuestras aguas y acaban con la vida de miles de animales marinos.

Una de esas investigaciones parece haber encontrado la solución para luchar contra el plástico. De concretarse sus estudios, sus progresos podrían servir para deshacerse gradualmente de estos desechos altamente contaminantes.

Enzimas que degradan el plástico

La investigación ha sido llevada conjuntamente por científicos de la Universidad de Portsmouth en Reino unido y del Laboratorio Nacional de Energía Renovable del Departamento de Energía de Estados Unidos. Sus conclusiones han sido publicadas en la prestigiosa revista científica de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.

El equipo han conseguido diseñar una enzima capaz de digerir o degradar algunos tipos de plásticos. Entre los que se encuentran los más contaminantes como puede ser el PET o Tereftalato de Polietileno. Este tipo de plástico se caracteriza porque su degradación es muy lenta. Pudiendo permanecer en el medio ambiente durante cientos de años. El PET es empleado en la fabricación de prácticamente todas las botellas de plástico que consumimos.

Los científicos estaban estudiando la estructura de una enzima natural denominada PETase, producida por la bacteria Ideonella sakaiensis. Dicha enzima se origino en un centro de residuos en Japón y era capaz de degradar el plástico. Para poder estudiar la enzima al mayor detalle posible, usaron haces de rayos X 10.000 millones de veces más brillantes que el sol. De esta forma consiguieron un modelo 3D de alta resolución de la enzima.

Durante el estudio de la estructura cristalina de la enzima, el equipo diseño de forma accidental una enzima mejorada. Que era capaz de degradar el plástico de una forma más eficiente que su homóloga natural. Para los investigadores el objetivo ahora es como conseguir que la enzima pueda usarse de forma masiva. Para de esta forma acabar con los plásticos que pueblan el planeta. No en vano el PET es un problema actual contra el que no existen soluciones eficaces, puesto que tan sólo se recicla una minúscula parte del que se fabrica.

Hacia su uso industrial

Los investigadores contaron con la ayuda de un modelado computacional de la Univerdidad del Sur de Florida. De esta forma advirtieron que el PETase era muy similar a otra enzima conocida como cutinase, que se encuentra en hongos y bacterias. Los científicos realizaron experimentos mutando el PETase para hacerlo más parecido al cutinase. El resultado fue una enzima que degradaba de una forma más rápida el PET, pero que también es capaz de degradar el polietileno furandicarboxilato o PEF.

Uno de los desafíos a los que se enfrenta ahora el equipo es la adaptación de la enzima a los procesos industriales de reciclaje. El proceso dicen que sería parecido a los que actualmente se emplean en detergentes para biolavado o en la fabricación de biocombustibles. Así pues el equipo espera en un par de décadas los procesos hayan evolucionado para una reutilización efectiva de los plásticos más contaminantes existentes hoy en día, como el PET o en menor medida el PEF.

Eliminando los plásticos de la tierra

El PET apareció por primera vez en 1940. Por aquel entonces fue toda una revolución en la industria. Puesto que cambio radicalmente la forma en la que se envasaban miles de productos. Pero lo que nadie preveía es que esa revolución acabaría siendo uno de los mayores problemas para el medio ambiente al cabo de 100 años.

Esperemos que los científicos del todo el mundo sigan avanzando en sus estudios contra el plástico. Con suerte cuando se cumpla el centenario del nacimiento del PET, tengamos las herramientas suficientes para reciclarlo de una forma sostenible. Y veamos nuestros mares y océanos libres de esas masas de plástico flotante. Nuestras especies marinas lo agradecerán.